jueves, 23 de abril de 2009

“Hoy, cautivo y desarmado el ejercito rojo, las tropas nacionales…….”

Este fue, para quienes no lo conozcan, el inicio del último parte de guerra que se emitió desde Burgos y que ponía fin a 3 años de una pesadilla llamada “Guerra civil” y que, en esencia, era un levantamiento militar contra un gobierno legalmente establecido en España y del que se han cumplido, recientemente, 70 años.

En ese momento, acababa una pesadilla y comenzaba o más bien continuaba otra, la de los refugiados, los represaliados y los presos políticos que duro bastante más que los tres años de contienda. Mucho ha llovido y poco ha cambiado desde entonces.

Para todos los que vivieron la experiencia y los que han estudiado y escrito sobre la misma solo había dos bandos; el bando nacional y el bando republicano. Todos olvidan que existió, y mucho más numeroso de los que parece, un tercer bando del que nadie se quiso acordar nunca, el de los que no pertenecieron ni a uno ni a otro de los mencionados pero que los sufrieron a ambos.

El ejemplo de lo que hablo lo tuve en mi propia familia por parte materna. Mi abuela, viuda desde 1937 por muerte natural de su marido y con cuatro hijos, la mayor de ellas de 10 años al inicio de la guerra. Buenos mimbres para hacer el cesto. Mujer, sin estudios, viuda, sin trabajo y sin ingresos, aguanto, aún no se muy bien como, en un Madrid, sitiado, bombardeado casi a diario, y con cuatro bocas que alimentar y educar.

¡¡¡¡¡Bastante le importaba a ella quien estuviese en el Gobierno de la Nación.!!!!!

Lo cierto es que “tiro para adelante”, crío y educo a sus hijos y sobrevivió a todo aquello, guerra y postguerra, hasta la década de los setenta. No conoció todo lo que ha acontecido en este país desde finales de 1975 pero seguro que su pensamiento sería el mismo. Solo su esfuerzo y trabajo la ayudaron a salir del pozo en el que se encontraba. No participo, ni creo que participase nunca en política y, en resumen, no estaba ni con unos ni con otros (ni en contra de nadie).

Todo esto viene a cuento de la realidad social en la que estamos instalados desde hace tiempo y que nuestros políticos parecen empeñados en perpetuar y que se resume en el viejo “o estas conmigo o estas contra mi”. Podrían recordar, y actuar en consecuencia, que muchas personas no están con nadie, ni contra nadie, que solo quieren, como decía la canción del grupo Jarcha, “vivir su vida, sin más mentiras y en paz”.

¡Uf!, que alivio. El tiempo que llevaba queriendo decir esto. Bueno, pues ya esta. Dicho queda.

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